Cuando hablamos de nuestros AOVEs no solo hablamos de aceites, sino que también hablamos de tradiciones, cultura popular, tradiciones… es un homenaje a todos aquellos que han formado parte de esta familia que forman los trabajadores y los vecinos de la localidad día a día.
Nuestra historia comienza cuando en el siglo XIV se construye nuestro Castillo en Fuentes de Andalucía, Sevilla. En sus inicios era una edificación rectangular, que nada tiene que ver con su estado actual, gracias a su ampliación y remodelación en el siglo XVI. A pesar de su ampliación y remodelación, todavía encontramos diversos vestigios de sus inicios.
Posteriormente en la Finca del Castillo, en 1398, iniciamos el cultivo del aceite; este hecho marcaría el destino de esta finca. Pero no todo es aceite, pues antes de ello ya nos dedicábamos a la agricultura; y, esta agricultura ha sido un punto de partida muy importante para nuestra Finca, pero no nuestra una única línea de trabajo; siendo la ganadería y el y la agroindustria dos pilares fundamentales junto con la agricultura.
Nuestros aceites provienen de los olivos de nuestra finca, entre nuestras variedades encontrarás Arbequina, Hojiblanca, Koroneiki y Frantoio. Tras la recolección la aceituna se muele en nuestra almazara; obtenemos así un aceite cultivado, recolectado, molido, envasado y distribuido por nosotros mismos, una de nuestras señas de garantía y calidad. Además de aceite también tenemos plantaciones estacionarias; cultivamos cereales, legumbres y otros productos oleaginosos.
Tenemos también una planta de compostaje, en ella transformamos los residuos de la almazara y del estiércol de nuestro ganado. El compost es una fuente nutritiva para nuestras plantas que, además del ahorro económico, nos permite evitar la utilización de abonos minerales u otros que dañen al medioambiente.
Finalmente, como último tenemos nuestra ganado vacuno, todos ellos de la raza Limousine. Por lo ya comentado anteriormente, no es difícil de imaginar que se trata de un ganado que pasta en los terrenos de nuestra finca y que se alimenta también de cereales y productos de nuestra finca.
Las tres líneas de trabajo están conectadas entre sí, y colaboran cada una de ellas en favor de las otras. Para nosotros, no es un trabajo, es mucho más, es un estilo de vida que dura unos cuantos siglos que nos conecta con nuestros orígenes y que queremos seguir compartiendo con vosotros.